Desde niña he jugado en quebradas, las he visto nacer en cuencas y he nadado en lagos y ríos, mis papás me han enseñado a cuidar el agua y a disfrutarla al mismo tiempo. Hoy pienso que así como yo, somos muchos los que la tenemos con solo abrir una llave y muchos otros los que no, creo que al tener una riqueza natural tan abundante, no nos damos cuenta del valor que en realidad esta tiene. Trabajando con Acuatubos he multiplicado mi asombro y mi respeto por el agua, mi amor y mi deseo de llevarla a cada persona de la misma forma en la que yo la he tenido: siempre al alcance, siempre potable.
Y así como la naturaleza misma nos muestra todas las virtudes de tan increíble fluido, nos enseña igualmente lo destructivo que puede llegar a ser si no se maneja adecuadamente; he aquí la raíz de mi amor por descubrir cómo entender el agua y cómo trabajar de la mano con esta, que como las personas, es supremamente dócil y amigable si se trata adecuadamente. ¿Cómo se puede “domar el agua”? esta pregunta me llevó a lo que hago hoy en día: estudiar continuamente los tipos de control hidráulico; me sumergí sin pensarlo en un mundo no tan conocido, en un área de la ingeniería que se me abrió por completo y que me ha enseñado todas sus virtudes y deficiencias, he aprendido a amar aún más mi profesión de Ingeniera civil trabajando para y por el agua; por conservarla tan limpia como nace en las montañas y para que llegue así mismo a su destino alrededor de Colombia.
Este tema puede ser conocido para algunos y para otros no ha sido tan explorado, así que he aquí una corta muestra de lo que me mueve día a día, pues constantemente llegan consultas de clientes que quieren hacer control hidráulico en sus redes y no encuentran la válvula apta para hacerlo. Aquí no existe una regla o un factor común, cada caso es único, diferente entre los otros por su geografía, ubicación, espacio, presión, caudal e incluso por sus recursos económicos y que son datos que no pueden faltar a la hora de adquirir un accesorio de este tipo, puesto que al hacer una correcta elección no solo se cuida el agua y se controla la presión o el caudal, sino que se evitan pérdidas y daños en la red, lo cual se traduce en un ahorro que perdurará por bastante tiempo, pues como decía un profesor mío “cuesta más reparar que hacer bien desde el principio”.
Existen válvulas reguladoras de presión, anticipadoras de golpe de ariete, anticavitantes, de control de nivel, reductoras de caudal, de alivio, electrónicas o con infinidad de usos que varían dependiendo de la necesidad del usuario, todas con el mismo fin: hacer control hidráulico y de pérdidas por ahí derecho, este último es el secreto que pocos recuerdan pero que todos deberían recitar de memoria.
El diámetro de la tubería, el caudal, la presión de entrada y la de salida son datos fundamentales y serán evidentemente los primeros (pero no los únicos) que van a ser preguntados, y eso sí, una buena asesoría hace el éxito en una buena instalación, junto con personas instruidas que acompañen el proceso desde la elección de la válvula hasta el montaje de esta, pues si no se hace correctamente, el accesorio por excelente que sea, no va a funcionar y mucho menos si no es manipulado por conocedores.
Mi recomendación es sencilla, la aprendí de mis maestros, los que pacientemente me han transferido sus conocimientos y con los que trabajo diariamente para dar solución a cada inquietud que llega a Acuatubos, la he memorizado y espero que usted que esta leyendo esto no la olvide nunca: “siempre tener los datos a la mano”. Y recuerde que el agua al ser el motor del mundo, “el principio de la naturaleza”, debe seguir existiendo pues sin ella no hay vida alguna.
Aporte: Carolina Aguilar Maya - Líder Técnico, Acuatubos SAS
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